-Te quiero - has susurrado para no despertarle.
-Es tan pequeño-me dices.
Y yo te miro y sonrío intentando contener tanto amor, tanto.
Serás feliz, mi niña, siempre serás mi pequeña. No he sido lo perfecta que quise ser para tí; pero te veo hoy y en silencio aplaude mi alma, llora de ilusión mi corazón y se regocija por el hoy, porque es tan inmenso ser madre, es tan profundo querer, y bregar, y darlo todo por el fruto de un amor.
-Tengo miedo, mamá- me has dicho, y una lágrima ha corrido por tu rostro.
Y yo te entiendo, querida. Hoy tú eres yo cuando te tuve en mis brazos por primera vez.
Te he abrazado y te he dicho que lo harás bien.
Te quiero, te he dicho. Y a tí también, le he dicho bajito a mi nietecito.
Ambas lo haremos bien.
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