La mente tan extensa como un desierto, tiene miles de rincones desconocidos; y muchos de ellos no saben de la existencia de los otros. Por eso te cuesta darte cuenta de que a veces se agota y necesita parar.
Pero no sólo es ella. El cuerpo también se cansa.
Date un respiro. No todo es trabajar para otros. Revisa esos rinconcitos de tu mente de vez en cuando. Sonríe a tus ideas, a tus habilidades. Eres especial. Quiérete. Cuídate. Mímate. Ámate... Por eso, descansa cuando tengas que hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario